"Maldito Ascensor"
Publicado en Nov 23, 2013
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 El ascensor se detuvo de súbito. La luz comenzó a pestañear. El citófono dejó de funcionar.No sólo fue el grito estrepitoso que me dejó paralizado, sino sentir como el silencio se tragó hasta mi respiración. Por más que gritaba que estaba sucediendo, no escuchaba voces, ni ruido algo, tenía conciencia de que el sonido aterrador vino del ascensor contiguo, más no podía precisar si estaba más arriba o más abajo, tampoco alcancé a darme cuenta en que piso se detuvo el mío. Mi celular me permitía saber al menos la hora, las 10:30 pm.. No había señal, y nadie respondía a mis llamados desesperados. Solté el nudo de mi corbata, me desabotoné la camisa y de pronto me ví rezando, no quería morir, podía contemplar mi rostro bañado de terror en el espejo. No podía dar crédito a lo que estaba viviendo. Hace unos minutos, me despedía de mi secretaria, con la cual mantenía un romance de poco menos de un año, en casa mi mujer me esperaba junto a mi pequeña de dos años. Le había llamado desde el pasillo para darle las buenas noches y decirle que papá la amaba, a mi mujer le mandé un beso y quedamos en que pasaría por pizzas, de seguro comenzará a preocuparse sino llego luego. Necesito salir de acá, sino las cosas se van a complicar. ¿Recién pasaron cinco minutos? me pareció una hora. Que lento pasan los minutos en éste cajón metálico. Sigo gritando nadie escucha, la luz parpadea, como extingùièndose, es posible que quede a oscuras. Parecira como si hubiese envejecido 20 años en un abrir y cerrar de ojos. ¿Qué será esto? ¿Acaso un aviso? ¿Debo dejar a mi amante? Es eso, pues bien, ya entendí, lo haré, ahora saquenme de aqui, señor, te lo suplico, ya no soporto esta angustia.Han pasado màs de dos horas, tengo la boca seca, la garganta resentida de tanto gritar, y pareciera que me falta el aire. No quiero morir, señor, lo juro que no quiero, he pecado, lo siento, me dejé llevar, pero esto se termina aquí ¿Què le habrá pasado a la mujer que gritó en el otro sacensor? ¿Se habrá desmayado? De seguro, Francesca estará inquieta, sobretodo que no le contesto el celular. Tal vez llamó a mi madre, y sabrá que no estuve ahí. No sé que le voy a decir cuando la vea. Maldito ascensor y nadie que venga a socorrerme. ¿Còmo va a ser posible que nadie salga o llegue a estas horas?, más de alguien debe trasnochar. Espero que vuelva la luz pronto. Mi niñita, se debe haber quedado dormida esperándome. Le encanta que le de su besito de buenas noches. Grito a la mujer que debió quedar atrapada en el otro ascensor, pregunto si alguien la acompaña, aprieto desesperadamente los botones, esperando  que alguno active algo, que me permita salir luego de acá. Me vence el cansancio, mi celular se apagó, no sé si han pasado minutos u horas, acá el tiempo se detiene, el aire comienza a enraisarse, siento que estoy perdiendo la conciencia. Pierdo fuerzas, se apagó la luz. Es horrible la oscuridad, te hace sentir indefenso. El miedo me transmuta  hasta el punto de que las ganas de llorar parecen ahogarme. ¿Por qué pasó esto ahora, justo cuando las cosas marchaban de maravillas? Francesca estaba dichosa con ser madre y se esmeraba en cumplir su rol de modo profesional y obsesivo, lo cual me favorecía en mi infidelidad, en tanto Dominique, se estaba acostumbrando a su papel de amante y hasta de algún modo le acomodaba, sobretodo los fines de semana, que no teníamos comunicación alguna, quizás tuviera a alguién más con quien salir. Quizás hasta tuviese tramando dejarme, la he notado distante éste último tiempo, tal como Francesca, poco antes del embarazo. Las cosas se mezclan en mi cabeza, y si fuera yo el que por descuidarla la haya impulsado a otros brazos y fuera ella la que me engañaba de antes. El congreso, ahora lo recuerdo bien, a pesar de que supo que fui con Dominique no dijo nada, claro, que tonto he sido, todo este tiempo, y pensar que hasta me sentía mal por engañarla, si quizás ella ya tenía un amante, y mi pequeña, será mía, si eso sí, tiene mis ojos, pero ahora que recuerdo, mi suegra dijo algo así como, "no sacó nada de los dos", no señor, dime que eso, no es cierto, al menos eso, me muero si mi pequeña no es mi hija, puedo soportar el engaño, más que mal, ambos hemos fallado, pero la paternidad de mi pequeña, eso no lo soportaría, no señor, eso si que no. ¡Maldita mujer! cómo no me di cuenta antes...¡Claro! ahora lo entiendo, necesitaba que pasara esto para que abriera los ojos... perdón señor por alegar, gracias, mil gracias, te juro que seré un nuevo hombre mañana, volveré a la iglesia, me haré digno de tí, limpiaré mis pecados, me haré un ADN, y si todo resulta bien, me separaré de esa mala mujer, me acercaré a ti señor, junto a mi hija y me deberé cien por ciento a tí, gracias señor, no desperdiciaré esta opción. Desvanezco, veo la luz, debe ser el llamado del señor, me entrego a ti, me entrego a ti.
Al abrir los ojos, me encuentro con los ojos de mi mujer, me sorprendo más, cuando a su lado se encuentra Dominique, quiero hablarles pero no me dejan, ambas sonrien, me hablan bajito, me dicen que todo está bien, que me quede tranquilo, que debo descansar.¿Acaso ellas lo tramaron todo? ¿Qué prentendían? ¿Qué fuera su juguete? Me miran, sonrien, mientras sus miradas complices se cruzan. Llega una enfermera. Salen juntas, trato de preguntarle a la joven que ha pasado, pero siento la aguja en mi brazo y todo se me nubla, pierdo el conocimiento.La luz del mediodía se ha posado en mi rostro, pregunto a la enfermera de turno, ¿Cuanto tiempo llevo acá? Contesta diez días, luego me señala que mi mujer recién se ha ido. Nadie, más ha venido hoy. Mi madre sólo llama, así como también de la oficina. En todo caso, la prensa se mantiene atenta, me advierte. ¿La prensa? ¿Por qué? Por el milagro, me contesta, de no ser por el incendio usted hubiera muerto. ¿Incendio? ¿Muerto en el ascensor? ¿Que ascensor, pregunta la mujer. Ha usted lo encontraron por el incendio que provocaron unos drogadictos en un lugar baldio. No, no puede ser, yo quedé encerrado en un ascensor y luego aparecí aqui- contesté inquieto. La mujer, buscó un periodico y me lo acercó. El titular decía, "Joven Abogado desaparecido, fue encontrado vivo en un lugar baldío" Luego agregaba el matutino que no ser por el amago de incendio que provocaron unos jóvenes drogadictos, lo más probable que hubiera fallecido por hipotermia.
Francesca apareció más tarde con mi pequeña. Cuando salíamos del hospital, le insistí al auxiliar que no me subiría al ascensor, ante la extrañeza de mi mujer que accedió a bajar las escalas conmigo, sin lograr entender mi súbito temor por los ascensores. 
 
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Foto del autor Esteban Valenzuela Harrington
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Descripción

un corte de luz, un ascensor, una pesadilla

Palabras Clave: Maldito ascensor

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficcin



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