La revolución viene sonando fuerte, viene descalza como siempre, para cuidar la flor del pasto, para sentir la espina que duele, pero enseña.
El rey azúcar, ha sobrevivido estos siglos a costa nuestra.
 Nos ha robado la flor de los campos verdes, dejando arena y tierra estéril
El rey azúcar ha matado, esclavizado y marginado tanta gente como una guerra,  una guerra silenciosa. 
Nos viene envenenando dulcemente durante estos siglos
El rey azúcar no se mezcla con los pobres, con los negros, con lo marginados, con los débiles  porque  no vive en el pueblo, vive del pueblo.  
Te escribo ahora que llueve, todavía te gusta la lluvia?.
Aun no puedo enviarte cartas, los nuevos no podemos.
La lluvia esta por todas partes, no hay tierra en los arboles, la tierra ha vuelto a la tierra.
En poco tiempo más, darán frutos la mburucuya, su aroma está en todas partes, como la lluvia.
Te gustaba el mburucuya, que se yo… en aquel litoral que alguna vez fue nuestro litoral, te gustaba.
Perdóname por haberme ido así nomás, sin decirte nada, pero no te hubiera gustado este lugar, y sin embargo necesitamos gente así, como vos, con ojos puros, con brazos que saben abrazar, con manos que no temen dar.
Perdóname tuve que irme, y tu lo sabias,  sabias que un día me iría. 
En el fondo más oscuro de la selva tropical, han muerto  15 jóvenes picados por el peor de todos los animales, el hambre. Andaban por ahí cortando los alambres que prohíben el paso del hombre que camina libre.
He conversado con el monte inmenso, le pregunto que piensa, le pregunto cosas, vos sabes, me gusta hablar solo, y aquí hay tanta soledad para hablar.
Sé que no llegará nunca está carta a tus manos. Pero las palabras antes que las queme el fuego, se las lleva el viento, escribiré grande tu nombre para que sepan que éstas palabras te pertenecen,  quizás algún día, una mañana lleguen a tus oídos, llevadas por el viento o cantada por los niños.
Llegara el día que saldremos de la selva, con flores y enredaderas,  para tapar la ciudad.
Sabes, los niños adoran maestro y margarita, todos quieren conocer a su margarita valiente.
La selva está feliz, por eso llueve, dicen.
El mundo del televisor dice que somos malos. Muy malos por cuidar la tierra, por guardar la semilla para que no se patente, por pedir que el alimento de la tierra sea repartido, por cuidar los ríos y lo que está en su vientre, por honrar a la pachamama. Por cantar en las noches, por no tener reyes, por ir en contra de los reyes, por no hincarnos ante su cruz. Si por todo esto soy malo me encanta ser el malo del televisor.
Además de malvado, estas últimas noches soy débil. Eh hecho una lista de las cosas que voy a regalarte cuando pueda verte, mariposas, toneladas de hojas, la altura completa de los arboles, plumas de colores, la profundidad de los ríos, el sabor de la selva, el aroma del café, dos poemas, y la entrada al teatro para ver maestro y margarita, sabes que lo leí gracias a ti.
La gente me pegunta que hago acá, sé que es una pregunta de rutina, algo así como una pregunta obligada, todos respondieron esta pregunta alguna vez, yo les dije no sé, así fue mi respuesta no sé, realmente no sé. Les dije luego, abandone todo, y  quiero luchar por todo lo que abandone.