Ayudémonos entre nosotros o desaparezcamos. Pues es el mejor sentido que le encontraremos a la existencia. El único camino para trascenderse a uno mismo, y cambiar el mundo.
Basta de caminar a ciegas guiados por unos valores podridos y prestados.
Para que la vida tenga algún valor, hágase consciente, mírese y hágase cargo de usted mismo, tome las riendas de su vida y sea libre, asumiendo por tanto, la responsabilidad de sus actos.
Si es usted capaz de tal caso, entonces adquirirá unos principios, unos propios. Y sin importar lo frenética o moderadamente que los defienda, jamás los triacione si no es para aprender, tolerar o un bien mayor. Porque eso, es lo único que hay después de la muerte.