Invicto
Publicado en Sep 05, 2013
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Fui a parar a una antigua isla desierta, no digo antigua por su edad, sino porque el océano que bañaba sus costas está seco. No por ello era un lugar más accesible, todo lo contrario. Pero yo no elegí ser arrojado aquí; así como nacer no fue fácil, tampoco fue opcional.

Camino lentamente con el enorme abismo de roca y arena que el poderoso mar dejó al descubierto a mi derecha. Al tiempo que imagino como debe ser el resto del paisaje a la izquierda, no alcanzo a ver, apenas queda vegetación verde. El ciclo de la vida, ahora incompleto por la falta de humedad y agua, formula una promesa de exterminio. Tengo sed. Es curioso como afecta a nuestra sensibilidad humana la idea de la muerte. Ser conscientes no nos ha ayudado a aprovechar mejor el tiempo. Estoy aquí solo, y pienso que mi muerte es inminente, ¿pero qué es inminente? ¿Mañana? ¿La semana que viene? ¿Dentro de un par de años tal vez? Si no encuentro un buen motivo por el que seguir con vida moriré hoy mismo. Quiero bañarme.

Estoy preocupado por el fatídico destino que se cierne imparable sobre las formas de vida que han sobrevivido hasta ahora. Supongo que la muerte no es algo malo cuando origina más vida, pero esta vez es diferente, este capítulo se cerrará con la tragedia. Nada vivo prevalecerá en este lugar, y nada volverá a nacer.

El cielo resplandece azul con un Sol radiante, no hace demasiado calor. Creo que es cercano el comienzo de su descenso hacia el horizonte.
El buen clima es motivo para estar de buen humor, pero no puedo dejar de sentirme triste. No sé si soy el único animal que sigue con vida, de todas formas, estoy seguro de que soy el único ser que a parte de ser conocedor del cercano final, soy el único al que le importa. ¿Por qué me entristece el fin de la vida? Quizá porque yo también formo parte de la vida. Tal vez porque yo admiro la vida, es compleja y hermosa. Pero la vida es egoísta, me pregunto si debería importarme.
La vida es un fenómeno. Un fenómeno de la naturaleza destinado a sobrepasarse hasta desaparecer. Y el ser humano no es una excepción. Sólo cuando el ecosistema tiene un clima moderado y la vida está equilibrada con sus mecanismos de vida y muerte, es posible que tenga futuro. Y esta sostenibilidad, o equilibrio natural, no es apreciada por los seres vivos que la forman y prevalecen gracias a ella. Las personas no valoramos esto, y nuestra especie sigue destruyendo su ecosistema, como si no dependiéramos de él.

La gente teme a la muerte, pero sólo cuando la tiene cerca, no teme la muerte ajena. Cada humano, por lo general, sólo teme la muerte de sí mismo o de sus cercanos...
Nuestro egoísmo sobrepasa límites insospechados, va más allá de nuestra consciencia, habita allá donde la misma vida y la necesidad de sí mismo se ve perturbada por el exterior, quiero decir, no es la necesidad de autoafirmación o la distinción en la sociedad lo que nos hace egoístas, el ser humano, así como todos los demás seres vivos, nace egoísta, así es como se garantiza la supervivencia, por naturaleza.
Hace calor... No me vendría mal un refresco, aunque aquí no ha de eso, tampoco me gustan mucho los refrescos hoy en día. Es todo tan absurdo... Tengo sed, y no echo de menos a nadie.
Deseos vanos, recuerdos dulces y amargos... No tengo miedo a la muerte, tampoco pienso resignarme a ella pero... Nacemos para morir. Vale la pena vivir sabiendo eso y no restarle ningún valor ni a la vida, ni a sus fuerzas. Creo que no nos damos cuenta de que estamos vivos... Sencillamente no podemos entenderlo. Parece tan obvio y tan fácil, que olvidamos que otros seres humanos son esclavizados, asesinados, torturados, mueren de hambre, o viven en la miseria, y es todo responsabilidad nuestra.
Mis deseos de destrucción, apocalipsis y desaparición del género humano nacen de estas reflexiones a cerca de cómo nos tratamos unos a otros. Miento si digo que no puedo soportarlo, pero estamos en entredicho y por suerte hemos de morir. En su día pensé soluciones y busqué remedios para el mundo, ahora sólo me queda morir. El Sol se pondrá por última vez en pocas horas.
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Foto del autor Aserder
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Descripción

Una de mis primeras narraciones, cargada de reflexiones, opiniones, ataques, y termina con el círculo cerrado, en el país desconocido del cual nadie regresa, y todos van una sola vez.

Palabras Clave: narración cuento final soliloquio monólogo interior isla ínsula sed sequía muerte abandono reflexión desprecio pensar sentir humanos egoísmo emociones naturaleza responsabilidad libertad

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Ficción



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