A veces pienso, que mi corazón algún día se parará. Esto no debería ser raro, pero pienso que podría ser esta misma noche, mañana, o no mucho más allá de 13 o 14 años. De muerte súbita... Tengo estúpidos y abstractos motivos que se encargan de darle sentido. No hacen más que alimentar deseos y miedos ya sepultados hace tiempo. Preguntarse cómo puede una tensión alta sufrir tantas bajadas no tiene sentido frente a preguntarse por qué ha de acabarse una vida que aún florece, cómo de la nada nace la muerte. La impotencia ni se plantea, la medicina ni se menciona, la realidad se vuelve pesada, y te hace caer al suelo, sientes un mareo que te invita al sueño y entonces sabes que se acabó todo. El mundo y la realidad no podrían importar menos un segundo antes de morir.