Si quieres, puedo ser la mejor amante;
la única que recuerdes;
la que dejará  siempre ardientes deseos
la que te eleve hasta el cielo sediento
y te deje jadeando en el lecho,  casi muerto.
Puedo ser la mejor amante;
pero seré mentirosa, perversa y egoísta,
eso te lo confieso y… no tiene trato; es así, lo siento.
Creerás que trepo a las estrellas  por tus besos,
y que ardo por tus caricias, que quemarme quiero,
aunque en verdad sienta que  es más del mismo hielo;
que es más frío el que llega a los jugos de mis ríos.
Gritaré cuando gimas, te susurraré tibio al oído,
masticaré tu carne y rogaré que sigas.
Te exigiré y de mi cuerpo,  obtendrás todo.
Pídeme lo que quieres, seré la mejor, te lo aseguro.
De mi no recibirás ningún lamento,
no escucharás más que aliento cuando este bajo tu techo;
no conocerás más osada, cuando cabalgue sobre tu cuerpo;
Tampoco conocerás mi agonía frecuente, la que lastima;
no descubrirás ni  te mostraré mis fantasías,
más podré concretar en un solo acto las que te erizan.
Permitiré que me ames si eso sucediera,
diré que te amo si es lo que esperas;
y si te halaga, que eres el único que me llena.
Callaré cuando quieras, escucharé tu vida aburrida,
curaré tus heridas y hasta lloraré sobre ellas;
pero seré mentirosa, ya te lo dije;
seré una amante que se ofrece con todo,
y que todo se lo reserva; 
 que nunca pide  porque ya no quiere nada;
que está muerta por dentro
desde que alguien se llevó su alma.
Me entregaré  y conocerás a  la mejor,
me convertiré,  para ti, en alguien indispensable
maldicirás amarme y no vivirás sin desearme 
aunque sea sólo eso, una mentirosa y buena amante.