El camino...Por ahì pase y pensar que 
solo la mirada retorna en los recuerdos...
Naci en llanto, risa y amor
el alma desnuda y la infancia
mostrándome el sendero por donde seguir.
Niñez que se fue como soplo en Otoño,
no tomo de mi mano mi padre,
a la deriva en un mar de tormentas
sacudido de palabras entre el bien entre el mal,
caí abatido en la belleza de las rosas,
con su perfume, el terciopelo de sus pétalos,
cuerpo de mujer desnudo...
Poesía entre naturaleza y vida
las palabras se me fugan desde el corazón
y el aroma que me atrapa en el jardín,
sobre el ocaso, en el rojizo brillar de los tejados,
los oidos sordos solo oyen amor,
y el latido cada vez mas fuerte, del corazòn,
atrapa la cordura desesperada...
Violetas, petunias, claveles y la luna,
me ciegan enborrachando la boca de incoherencias,
cerre los ojos cellados, caye la boca muda
palpe con un roce de mis manos los pètalos,
sútil el sollozo del viento se vino agresivo,
lleno de fuego...
Comence a caminar, la playa y el reventar de las  olas
en su ir y venir, eran como mis pasos,
quise gritar y correr, ahogarme de tanta melancolía,
por las manos temblorosas, se me escapaba la vida... 
Luego de la niñez, llena de fantasías,
me detuve un segundo a contemplar desde lejos,
el jardín que tanto queria,
allá se quedaron entre los brazos del tiempo
toda la inocencia, el cielo infinito,la mudez de la tierra,
el agua cristalina que no veía maldad entre tanta clemencia...
Se me avento la noche de niebla,
quería ser y no fuí, era como las olas que abrasaban la arena,
recordaba la rosa de aquel jardín,
serperteànte mareos de lamentos extraños
se me vino como rayo  el verso desprevenido,
y las palabras floracian como el muzgo mal nacido,
entre las paredes envejecidas del silencio, contenido...
Buscaba afanosamente la Luna, para soñar,
me fuí entre verso y  verso por la calle a oscuras,
la niebla de sentimientos me llevo al avismo,
olia el perfume casi perfecto,
murmullos volátiles, susurro del tiempo,
se me fue de las manos por el camino inmenso...
Juventud que no supe, cuando me abordó 
si yo era grande, poeta de mil baladas,
ni Neruda, ni Gabriela, la musa que no acaba.