• Luciano Buzeki
buko
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  • País: Argentina
 
Hay hijos de puta que piensan que el perdónEs suficiente;Todos sabemos que la castración químicaNo sirve absolutamente de nada...De Nada.Los hijos de puta han aprendido leyes,Las leyes que defienden otros hijos de putaReventados de dinero;La gente miente, sí,Con premeditación.La gente simula ser feliz,La gente simulaLa simulación existencialComo en una obra inacabadaDe Nietszche,Vendida en un deprimente programaDe teletienda.El ser humano ha muerto,Pero eso no es ninguna novedad.El ser humano ha muertoY las iglesias cada vez más vacías,Y las catedrales que huelen a especulación...Y los políticos que parecen entrenadores de fútbolVestidos de Armani,Y la MENTIRA publicitaria en los cartelesPublicitariosHaciéndonos la vida más agradableEn el país de Nunca Jamás,Y los dentistas ciegos extirpándote el alma,Eso sí, en cómodos plazos...El IPC + el 50% de tus ilusiones...¿Sabes?Hemos muerto mucho antes de nacer,La antesala del infierno es una hipoteca,¿cuántas horas vas a hacer este fin de semana?¿cuánto tiempo hace que no ves el mar?...¿sabes?,Hemos muerto antes de nacerY es triste que a nadie se le ocurraExterminar a los terroristasCon una simple castración mediática,Y es mucho más triste que los políticosNo sean simples charlatanes de feria......y es triste la tristezaDe vivir en un mundo que no hemos elegido...Castración química gratis,Para todos...Vamos a llevar a la Seguridad SocialA la bancarrota emocional...Va a ser que sí...¡que se jodanTodos esos hijos de puta que piensan que el perdónEs suficiente;Todos sabemos que la castración químicaNo sirve absolutamente de nada...De Nada.Los hijos de puta han aprendido leyes,Las leyes que defienden otros hijos de putaReventados de dineroY castrados de sentimientos...Por los siglos de los siglos, ¡Amén!.
Bronca.
Autor: Luciano Buzeki  642 Lecturas
Reconozcoesos momentosme reconozcovoyeur de mí mismopor cada esquinaque cruzopor cada vueltasin sentidoen un ficticio límitebuscando bellezaen cada accióna cada notaen cada arrebatopatioo recreo...Padeciéndolome enfundoel papel protagonista,uno de mis preferidosde nochecuando me despejode aburridas conversacionesenseño mis heridaso cabalgo en fríoy me hieropor dentrosin miedossin sombrassin arteReconozcoque en el bluesno queda purezacreo quellegó el momentovolveré a soñar
Reconozco.
Autor: Luciano Buzeki  568 Lecturas
Ya no puedo ni siquierasentirme tristepor mucho que me esfuerceen no olvidarque hubo un tiempoen el que sólo sabíallorar y clavarla mirada en el sueloahora permanezcoen un estadoa medio camino entrela pasividad y la gilipollezy ahí me columpiosonriente y oxidadocomo la mayoría de la gentellenándome de tedio yde rutinallenándome de nadavaciándomede todas aquellas cosasque me hicieronHombredesprotegido ante las amenazassin un punto donde apoyar la rabiatan medio muerto como los medio vivosque se piensan llenosde todoasí, vacíoy por eso quizáescribo hablo piensopara llenarme al menosde palabras
Poema.
Autor: Luciano Buzeki  659 Lecturas
Esta mañana yo que todo lo he inventado he comprendido por primera vez la diferencia entre una sensación y un sentimiento en la sensación se toma lo que llega en el sentimiento se interviene. &No me parece ni el espacio ni la posibilidad, yo no sabía exactamente qué era, y no experimentaba la necesidad de pensarlo; eran palabras inventadas para definir cosas que existían o no existían frente a la urgencia apremiante de una necesidad: la de suprimir la idea, la idea y su mito y de hacer reinar en su lugar la manifestación trotante de esta explosiva necesidad: dilatar el cuerpo de mi noche interna, de la nada interna de mi yo que es noche nada, irreflexión, pero que es explosiva afirmación de que hay algo a lo cual puede ceder lugar: mi cuerp
Hoy.
Autor: Luciano Buzeki  612 Lecturas
++++
Sacudí la ceniza de mis párpados,busqué el día en el interior de la noche y, sí, se abrió en mí.                                                           /Era como ser y no ser.Descansé de mí mismohasta que mis venas se vaciaron en la luz.Me acerqué a las materias visitadas por cuchillos, a las que gritan                                                      /hasta despertar el corazóny aún sentí la pulsación del hierro y la pasión de máquinas                                             /enloquecidas en la inmovilidad.En la pausa mortal, una vez más,pasaron lentamente sobre mí tus manos.
Manos.
Autor: Luciano Buzeki  657 Lecturas
Ciclo tras ciclo comerá su horrible tributo.La virginidad de la carne salpicando la pantalla,lo fascina en su telaraña fabulosa de rayas, tormenta y simulacro,tal vez presiente el fusil inevitable de Teseo.El cuerpo cae en la boca del fuego.La reina fatal despierta tras los vidrios,el calor le duele a la luna.Desvaria cada holocaustosu letargo de muñecas cuando la seda irrumpe,consumando felinos.No esperes mi azul inexsistencia de vampiro al filo de tus piernas,ni dejes que la esperadibuje crisantemos en los ventanales.No quieras verme transitar la naciente mordedura,sedimento soy de confusos jardines libertarios,no me digas pues sólo anidan los Zares y los arlequines allá afuera.Esperaré el ultimo recorridodel viento,me sentaré con el pasaje en la mano y en el semaforo azul del pensamientosuspenderé el viaje para partir...De nuevo.Y bajo la piel oscura de la tierra dormidaen místico lenguaje, se alzarán voces claras sobre un lecho de extraño resplandor de plata.Se morira la luna con su rostro de nácar.Y los oros ocultos,los tesoros que guardan los profundos abismosy la nieve heladaencenderán antorchas de luz bajo las aguas.Penetrarán altivos las raices del alma.
 Solo tiempo. No sirve cerrar todas las puertas,apagar todas las luces,evitar los espejos y las fotografias.Y la arena que cae implacable detras de los cristales.Nada sirve para evitar el vértigo de vivir en mañanas.Cada musica te delata,cada silaba.Los antiguos olores,la humedad de las calles.Los espacios.Tus uñas estan más largas que al empezar el poemay la vida envejeciamientras le hacias el amor.Cansado.Hay infinito tediode voces repetidas de este gritar sin asco.El reloj sigue golpeando en tu costado.Sos el tiempo que te hace y te deja.Un punto se suspendedescribe circulos,se estalla en alucinadas formas.El silencio apenas lo sostiene.La curvatura,la existencia derramada.El aspecto.Con esta herramientaque desde mi muerte habria de acompañarme,he debilitado el quebradizo destinopor cuanto el tiempoque en la obra cundió,dejandome en este camastro de letrasy yo sería su contenido.
solo el tiempo‏
Autor: Luciano Buzeki  614 Lecturas
Ahora comprendes la vieja plegaria.Ahí van por la mano los dedoscomo una procesiónde tus muertos.De nada vale buscar con la frenteel oasis del muro.Eres un ser de piedra;la carne cada vez másse parece a los huesos.Hay una vida olvidadadetrás de lo más duro,y una muerte encerrada en nuestros cuerpos.Afuera el viento va dejandolas huellas de la viday es lejano el amor del árbol con la nube–las ramas se extiendenpero las formas blancas huyen.En la sombralate el pecho de dormidas palomas.Pero no hay sangre,no hay fuego,sino el ondular lánguidode cuerpos desnudos, casi algas,entre las sábanas de agua.Rostros cenicientos se hielancon los ojos abiertosbajo las olas verdes.Y la noche está increíblemente pura...
MUERTOS DEL MAR‏
Autor: Luciano Buzeki  622 Lecturas
Revive, en el lago ardiente póstumo a un orgasmo, La máquina fetal que retumba en la sima de un ovario. El mundo tirita de miedo, tirita de risas… Porque detrás de una mueca grotesca se resguarda la fiera.     Mueren los peces de una sospecha sin antecedentes. Mueren, también, las cáscaras inservibles del amor. Llantos con olor a mortecina se despegan de la calle Y una mazmorra de cerebros amputados cree esconder secretos.     No está en el poder de la bestia política Hacer y deshacer el espacio con sus cuerpos. Las guerras se analizan ocultas en el espejo, Mientras sonríe la muerte (intentando ocultar su pena).     En cada paso que dan, quedan inmortales las horas y los días, Aquellos días que no volverán, ni siquiera en recuerdos. Se lamen las aureolas entre pedestales de riquezas, Cómo reyes vacíos que se enardecen puliendo Piedras preciosas en sus tronos.     Los niños del ayer cantaron con voces propias un futuro que pasó. Los niños del mañana vociferarán a través de un micro chip. Las alas de un mísero apóstol del infierno arroparán a la vida Y yo me detendré a predicar el as de una baraja nueva.  
...‏
Autor: Luciano Buzeki  722 Lecturas
Las cosas son distintas debajo de la piel, el hoy es el ayer, las palabras de amor frases lavadas, un griego es una fábula, los recuerdos son aves con candado, llorar es dedicarle un altar a la estulticia y reír un vacío con alas. Los agentes sociales son perros policías que mascan burocracia, los burdeles de antaño son capillas sixtinas, y un sastre en calzoncillos es la reina de Saba. Debajo de la piel los muertos se congregan como avispas en la capa de ozono sobreviven con préstamos, se lustran los zapatos y adornan sus ventanas con cortinas de humo, en realidad los muertos no son tales, lo que ocurre es que van de un sitio a otro y no nos muestran tarjeta de visita, son autónomos, dibujos liberales, algo así como la última conciencia de las cosas.
Las cosas.‏
Autor: Luciano Buzeki  551 Lecturas
El reloj se muestra con porrazos de tradición.La voz de los niños es ritmo de tiempo.Todo se mueve, hay normas que nunca dejande moverse, de elevarse… Tabaco ardiente,suicidio de vida eterna, rotura de fibras sensitivas,consuelo con lloros, abecedario sin opción “B”,soledad coherente que me lleva al lugardonde el oráculo ya no es conocedor del porvenir.Pieles rojas arrojan arenillas a mis ojos,y mi ceguera supone un respiro para los hijosembusteros de los hombres que ya no le tienen apegoa la Justicia. El tiempo pasa a golpes de inutilidad,mi ego, mi esencia me retira la inspiración,y enseguida se mueven las mareas que en su díamovieron mis arterias de poeta desarrapado.
Es de nuevo la hora de mis manossolas como alas en un continente olvidadoes de nuevo la hora de mis horascomo un viento herido por ruinas y restos debatallaEs de nuevo la tristeza esa de ser y de morirde amar mortalmente vivo, de reír al galopecon la lengua en llamaradagoteando pájaros y arreciando muerteescupiendo ventanasy leyendo epitafios con los dedosEs ésa la horala de no haber sido eternola hora de que dios nunca haya sido posiblehora de palomas que se suicidanhora de música precipitándose poruna cornisa con un ramo de olvidoentre los dientespero yo absurdamente crepitanteentre el carbón que huyerío como un molinoporque estoy enamoradoy seré más allá de todas las derrotaspara envenenar con una lámparael telar tenebroso del silencio.
Mortalmente vivo.
Autor: Luciano Buzeki  700 Lecturas
Porque este avión emergerá del vinocomo una uva que salta de la tierrahecha llamaradao silencio de la palabra palabraPorque este avión me arrancará losojos y ese turbio manojo de pasillospor donde goteamos tumbas en marchame busca la garganta como un abismoempedernido, me pisotea la saliva memachaca el sonido de polen creciendo, porqueescribimos muchas vecesla palabra paloma.Debo volver a buscarmea recogerme entre las cosas sencillasentre el amor que no aprietalos puños ni muerde la miradapara no esconderse detrás del ocaso.Ojalá me hayamos esperado
Tumbas en marcha.
Autor: Luciano Buzeki  596 Lecturas
Nadie.Ni línea ni extensión ni tiemponi derrotero azulni abismo en movimiento.Solamente una luzo nuestros ojos como vientos de íntimas mareassi la vozno es más que un sueñoy si el amoren su propio rostro inscribeun alto paroxismo de amapolasen la perfecta rivera inmóvilclausurada entre dos instantes.Yo sé estatuas.Yo sé otoños.Duro solsticio de avespor ritos en declivehímnicamente danzando.O altos insondables espejosnaufragando a distancia.O fuegos fatuos de mandrágorasentre el siempre y el jamás.Yo sé columnas.Yo sé días.Eclipsadas mariposasen el punto más extremo del límitedesligando ese punto , de otro , inefable,como término de pavoren el blanco centro del suicidioinquiriendo lo inescrutable.Nadie.Ni torres ni lagosni tatuaje de las tardesen las extrañas sinuosidades del aire.Sólo águilas de alta marsobre la absuelta intimación de los mástileso absurdas y resentidas epístolasrayadas por escuadras rojas y meteoros infernales.Nadie.Tan sólo lo inútilcomo si de aquel árbolsu duramen se desanillarahasta la imperiosa potencialidadde su propia ausencia.Nadie.Tan sólo lo inútilcomo un vasto alarido de silencio.
Nadie.
Autor: Luciano Buzeki  637 Lecturas
+++
Existen días en los que nada sale bien*, temporadas en las que te escurres por los márgenes agrietados del espejo, y el silencio te acorrala, la palabra no llega, sólo los gritos del asfalto... ecos de tu sombra que te cubre... Existen días en los que caes sin abrazo en el frío... y algo te escanea buscando el interruptor que apague la luz que quede en ti... ese rescoldo que es contraste necesario para poder, al menos, soñar... Existen días en los que destapas las alcantarillas de tu alma, y bebes en silencio las muestras que recoges del pozo negro de tus miedos... Son los días en los que eres restos de uva pisada, sin la luz del mosto, hollejo que busca en tu interior alambicado la alquimia del fuego... para extraer de la sombra de la rosa la esencia de sus espinas... Camino perdido entre calles oscuras, sintiendo el acecho del vampiro, esquivando el alcohol que corre hacia otras alcantarillas... El látigo subasta mi espalda... Huelo la pólvora mojada de mi aliento... Y callo la melodía del huracán en mi cabeza... Existen días en los que el Blues es la silueta de un fiambre sobre el asfalto, y las miradas son cerrojos oxidados, hasta que un niño da una patada a una lata de cerveza y surge de nuevo el ritmo... el Jazz redescubre a la luz del día las infinitas variaciones de una nota extirpada de la garganta que es su casa, vapuleada por los vientos, que se desgarra entre las cuerdas del contrabajo, sosteniéndose hasta que cae... Y con la luz nace el silencio de quien busca el regreso a un hogar que ya no existe, y los pentagramas de la calle le condenan a morir... a un metro de la última lata a medio apurar que, ahora, un niño recicla rapeando con el ritmo de sus patadas... Nota negra caída sobre el asfalto... Los viandantes la esquivan... El barrendero la perfila con la escoba... Y la vuelvo a ver en la noche, y siento su mano en mi espalda, sus pies que piden more jazz, sus manos un cigarro... y en sus ojos, detrás del incendio... el abismo...
Existen.
Autor: Luciano Buzeki  599 Lecturas
De lo funcional de mis brazos lánguidosRefrenar a pocas ganas lo que mana en mi feCaliento a hielo escaso ese cuerpo muertoPalpita incesante mi oculta individualidadPor la irónica caricia del suelo a mi caraY el néctar de mi alma que se escapa en raícesProcuro levantarme sin hacer escándaloNo dar la cara al público que me abuchearáTrepar la dignidad caduca y frígidaArriba de los muros de la urbe de cenizasLa propia arrogancia de la masa arrebañadaSe queda obsoleta junto a la voz paternalLas caras plateadas y ensombrecidasParámetros de rostros desde ruin a miserableNo hay hombres ni mujeres sólo grises semblantesNo salen de su añeja conformidadPor la calle de al frente el mendigo que lloraLa niñita y su novio mayor de edadColegios y monjas, motín de la iglesiaNo quiero ni pensar en lo gubernamentalNo prendimos estos fuegosNo forjamos estos rielesNo quisimos encerrarnos en su rancia suciedadNo miramos hacia delante Nos preocupa lo de al ladoNo notamos que el futuro viene y nos aplastaráSuburbia de cemento, negro arrebol de modernidadTu prole se encasilla en tu burbuja mineralSe estanca el pensamiento en cauces tan pequeñosNo sabe que hay allende tu coraza de moralLa urbe de cenizas me hunde en su juego¿A ver quién se parece más a los demás?A ver si un día de estos alguien piensa por si mismoY limpia de sus manos el carbón de la ciudad
Ciudad.
Autor: Luciano Buzeki  600 Lecturas
Lenguas amortajadas de fuegocarbonizan el destino.Guillotinas orgasmicas que mutan los genesque conjuran el futuro.Las  ninfas lapidariasderraman lluvias sepulcralesde llantos acurrucadosen intersticios espureos.Tiempo cautivo d ela parca.Relojes amamantan siglosque chorrean abismos eunucos.El rugido postumo de la esperma se inmola execradocontra los petalos yermosdel útero que copula el luto.Sinfonia ninfomanapartera de la muerte ya pactadapor sacrilegios óvulosque reptan paganos,devorando el alma.El rostro espectral de hijos ajenosabyecta su vientre ircunsisode lascivos pezonesque profanan el karma.La tierra vaginal guarda el gemidode sabanas celibes que parensu esterilidad.El cielo agnosticoeyecta blancas plegarias a las deidades.La noche tiraniza el milagro que usurpasu maternidad.
Karma,
Autor: Luciano Buzeki  628 Lecturas
Qué cielos, qué rostros, qué tiempos, qué palabras, qué sabidurías surcando lo natal y diatribas por juicio y el canto cantando entre la noche de la imagen que retorna o del inicio hacia el final, plenario, insustancial.Mundeo en la desgracia que disuelve ampliado por un viento de insurrección. Mundeo, clima de terror, que a los amantes se opone para vencer al amor.Pero..., ¿Quién eres tú, menos alto y más alto, cedido o impostado, más amado que el sueño y más cierto que el gesto?Amagues y cifras entre árboles y desmesurados, arriba del signo, los pasos, donde todas las señales intrincadas se cruzan.Barco anclado por el mal, y lánguido paisaje al ojo inmóvil, yo también asumí el terror y el olvido que recuerdo forzando todas las líneas, quebrando la tensión entre una primavera y otro verano.Esto, desconociendo, pude haber hecho si no me hubiera desconocido demasiado, yo, que por sobre el naufragio, pulsando junturas uní las aguas ignorando que me ignoraba.Esta posibilidad, este no saber, esta muerte, sintiendo para sentir, en un día más acá de mí podría hacer ahora, si no fuera porque me conozco demasiado. O bien, irme de mí, perderme para vivir, abandonar mi sueño por este sueño, mi poema por aquel otro no dicho, el silencio, boca entrelineada, la aliteración, los antiguos ritmos en la apertura final de todo el ciclo.Qué cielos, qué rostros, qué palabras tan verticales hacia mí. Y al fin, en la proyección de mi canto, el blanco dispersando lo que escribo adhiriendo niebla al silencio.
Ciclo.
Autor: Luciano Buzeki  622 Lecturas
Naves de sombra deslizando círculos de agonía, naves de sombra en tus dormidos ojos quebrando el íntimo laurel en la indescifrable línea del relámpago que Isis soñara envuelta en roja tormenta en los derrumbes de tu nada. Y para tus concéntricos pasos rumbo al ánfora invisible donde claman los astros la inminencia del oro rueda aquel entrechocar de olas en lejanía sin viento porque lo divino se alza hasta tu frente aterida y entonces, tú te ahorcas, para volver al origen de la vida.Oh, golfo triste que vacilas y vacilando retomas el viejo camino de arena antigua mientras pende tu soga azul del sistro asesino como misterioso hierofante en llamaradas riendo para oficiar el réquiem en la magia de tu cintura. Oh, pálido en neblina donde muere el tiempo en delirio de amapola y piramidales ocasos de heliotropos sanguinarios que en orgía acaba.Orilla de viento y oscilación de la locura en el junco diverso del naufragio y tus ojos dibujando la mágica geometría de una belleza aún más pura que tu rostro ante la luz. Y ya cursa Andrómeda el duro tiempo de la belleza, de la belleza vacía, y la luz de un instante raya la columna de aire en la orilla transparente del río sin blancura. Mientras, otra voz, en la tarde te habla, y tú no comprendes y oscilando, tus pasos vuelves, hacia los oscuros ojos de la noche oscura como soñando a Aurelia amarilla flor de prohibidos encantos. Y ya te ves huyendo, en aquel fantasma trágico que en su propia mano su triste cabeza sostiene cada vez que de la tumba egipcia recuerdas la misteriosa momia y su alma milenaria en el ave atroz.Oh, golfo triste que vacilas y vacilando retomas el viejo camino de arena antigua. Oh, pálido en neblina donde muere el tiempo en delirio de amapola y piramidales ocasos. Oh, soñador de vientos, que cantando pasas para que repose el vertiginoso instante en la oscura infinitud.
Inmensas mayorías y transgresiones sin resolver cubiertas de bilis y conciencia insegura. Lejos y tan cerca como un cuadro descorazonado; tan lejos como lo primero que le digo al destino y lo último que le grito a lo pretérito. Inmensas minorías y riachuelos de éter que son cubiertos por un frío confuso.   Yo ya no juego con arpas y fuego. Los ilusionistas son mis decisivos compañeros. El odio fenece en mi YO,  mis letras semejan insanas, y este poema de sangre sin lira es el alter ego de un poeta que se lamenta desperezando incoherencias.
Incoherencias.‏
Autor: Luciano Buzeki  583 Lecturas
No existen calendarios con sábados azules, ni esquelas con el nombre de la alondra que oculta entre sus alas, la inercia germinal de un padrenuestro; los sueños, las promesas, las lágrimas borrosas de los peces e incluso las ventiscas hurañas del invierno, se han ido adormeciendo en las cunetas, tal vez arrepentidas, de ser un plenilunio irreverente o el miedo que precede a un sacrilegio; por eso en los relojes, se siguen desangrando primaveras exentas de cordura, sonidos que en su andar titubeante, arrastran un latido invertebrado y el blanco parpadeo de las rosas. Si hubiera madrugadas de acero inoxidable durmiendo en las cornisas, o hubiese embarcaderos detrás de los espejos, las horas no serían, punzantes anatemas con restos de memoria disconforme y el aire que dibuja las sombras amarillas del recuerdo, sería un mensajero de amarga soledad; las noches no tendrían penumbras abatibles, ni oscuros ensamblajes con ángulos inversos y todas las ideas, se habrían convertido en telarañas que presienten, el llanto irregular de las canciones, cosidas a los párpados del tiempo.
 La perdición, un entramadocon la palabra. Un entramado. Pero..., la perdición no es más que..., es un conocimiento, delirado : MELENITA DE ORO DAME LA MANO. MELENITA DE ORO. LA MANO.Pero..., ahora es... el murmullo. Él ..., ante una extensión donde los peces se nadan y las mujeres, las mujeres se van de compras. Volver así a la nostalgia, Argentina.Porque en Argentina escribir poemas ahora es cargarse de toda la risa que pueden producir todos los que están al lado del que sin querer se recontracaga encima. Las voces otra vez y otra vez las..., remolinos en el agua como la...,   traidora. Te odio conociendo mi pureza. Me queda la palabra. Me queda el lenguaje. La angustia del puede y canta para...   Pero hoy es nochebuena y como bien sabemos en nochebuena se hartan todos. Y los maridos se ponen algo maricas. Nada más parecido. Y yo un poco aburrido. Un poco desesperado : puajj... Argentina, potencia del Tercer Mundo que vas quizás al Primero o quizás a ningún lado. Pero que por ahora dejas algo bien en claro que es que escribir en Argentina no es gritar, más bien es decir, es decir toda la mierda del que no se resigna a morir de mudez tirado en las esquinas y es también llorar. Inundar.   Pero... este por qué de amargura parada que negaba la locuacidad de los presentes y la dulcidez técnica en decir ya y nada. Ninguna era mi desamada de amores de no poder y no poder. Pero nunca encontré. Y en mí me despojo de lo accesorio y es el cuerpo tu cuerpo ahora el único testigo. Ahora..., hagamos una pausa. Porque es muy denso esto que escribo. Una pausa. Una... Miento o no miento.   Y si miento, cómo miento. Y si no miento, (para no herir) cómo te lo digo. Escribir en Argentina es... lanzar de un golpe, hablando mucho, demasiado. Pero..., una pausa (otra), algún paréntesis, un poco de respiro. Justamente es demasiado. Bien. Sí, una pausa. Pero..., volviendo al tema. Por qué si lo que deseamos es tal cosa, cómo, nadie, va , corre y salta, y lo toma y se cae pero se levanta de hurras y vos y vas vas sin nada sin nunca lo que se conoce diciendo : el crimen me pertenece. Tanto lo siento. Bueno. Basta. Ahora, retorno al poema. También yo quisiera, quisiera con las uñas lastimar rabioso por donde se decida la pelea. Ahora sí. Pronunciado el pronunciamiento tantas veces postergado, algún repliegue sólo por un momento para decirme donde vas parado.   Es que esto no lo dijo en general la voz que hablaba por mí.   Bah, no lo dijo... No lo dijo y lo dijo. Entre uno y otro. Entre el que me hablaba y yo. Y yo sin entender, rápido transcribiendo y transcribiendo. Uff. Que arduo... las vueltas y vueltas que da este poema. Pero basta. Es inútil. No hay nada que hacerle. Se hunden las palabras. Es vertical, igual que estéril el aire que sostiene este suelo para este o cualquier otro poema. 
La perdición.
Autor: Luciano Buzeki  600 Lecturas
Vuelvo a cruzar la línea y clavo mi bandera en la cima más alta de la fosa más alta. Puedo ser invencible algunas veces. La vida es una opción, por eso elijo exponerme a las bombas de una guerra doméstica. Aquí silban las balas igual que algunos labios, y pasan, enigmáticas, sobre la ubicuidad de mi cabeza. Cruzo ciego y valiente, derrotado tan solo por aquellos que me aman. Agito la cerveza, veo cuerpos que arrastran con la boca el himno del adiós, pero no estoy aquí; la realidad tropieza con mi ejército y se queda a las puertas de su propio designio. Puedo ser invencible algunas veces. Y aunque tú me dispares desde la oscuridad de las trincheras voy a seguir cruzando. Puede parecer triste y sin embargo ha salvado mi vida tantas veces. Hace tiempo que nadie puede verme reptando hacia la luz como un soldado exánime, con la bandera oscura-mente blanca que pone entre mis sienes tu recuerdo.
¿En qué amanecer de flores el candil? De la piedra a la piedra un soliloquio de mar. Y una letra o un verbo entre el pétalo y el naufragio. En el hogar de los cuerpos sin boca aún tiembla el aluminio. No existe el ojal, ni asciende el color más allá del azul. Yo no pido ángeles ni ventanas que añoren la ola, cualquier ropaje que desnude el abismo. Yo leo las cicatrices del corazón y la duda y el horror de un pequeño insecto que transita como una gota o su frío. Nada excede a la raíz inmóvil, bellos surcos, almanaques de lluvia, el cenotafio de las flores igual que un canto de rocío.¡cómo enhebra el gladiolo su costumbre, cómo el orgulloso crisantemo no palpita! ¡y la margarita alelada, o la rosa de carne nutrida, el clavel de labios curvos, tan sólido, tan marfil, tan olimpo! De un paso a otro el equinoccio de las fechas, la costumbre dolida en círculo, el retal y la tiniebla de un pensamiento rojo. No mires la furia del mármol, su rubicunda sed de lascivia y mar. Nadie hereda aquí su espejismo, ni lo nombra, ni advierte en qué dédalo su noche.
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