"Si la esperanza bastara;no estaría esperandote." 

La ListaEsta es mi lista en el día de hoy.1) Despertare con el timbre del reloj. Buscare en mi cama a mi ángel dela guarda (que a veces no me deja mucho lugar en la cama) y letocare las alas para que se despierte2) Después me aseare y desayunare mi café con tostadas y dos o tresfrases de amor por si me topo con el, en el colectivo.3) Luego iré hacia el trabajo un poco preocupado por si el sol saldráantes o después de las 6,33 de la mañana y rezare para que puedacumplir mi misión antes de irme de este mundo si es que me va atocar, irme hoy.4) Llegare al trabajo y saludare a todos sin pensarlo, y de un tiron estaréhaciendo mi tarea tratando de mejorarme en los detalles y buscandoformas mejores de hacer lo que ya está establecido.5) Al finalizar la jornada saludare a mis compañeros y volveré a casapensando en como encontrar en mi mismo, la mayor parte de lassoluciones de la mayor parte de mis problemas.6) Llegare a casa sin ver lo bien que se llevan el perro y el gato de mivecino y que con él y su esposa no sucede lo mismo.7) Entrare en mi casa y leeré la frase del cuadro colgado en la pared"para oír, hay que callar". Cansado me tirare en el sofá y buscare conel control una noticia que salve mi alma, al menos hoy, pero nopodrá ser de seguro.Al llegar la noche cenare con las noticias mi amiga la soledad y unángel de la guarda que a veces ocupa mucho espacio en mi cama yquizás en sueños me tope con el amor de mi vida y le diré entoncesfrases románticas que suelo desayunar solo por si acaso me encuentrocon el, en el colectivo.

                                 Te Espero                    La soledad es una bella ,                 e injusta mujer de dos caras.                 La soledad es un sueño                  de insólitas cuestiones.                 La soledad son tus ojos                  entrando por la ventana                 sacudiendo mi alma.                 Son tus manos en mi espalda                 tu aroma , tu imagen , tu piel                 me dicen susurrando , lo mucho                     que se te extraña , lo falto que me tienes                 como si en lugar de haberte ido ,                  me estuvieras echando de mi ,                 de mi casa ,mis recuerdos ,                 me estas desalojando de mis entrañas.                 Me llevas con tu ausencia de la mano                 no se hacia donde , no se hasta donde                 solo se que tu eres el oxigeno de mi sangre                 la luz de mis noches , la sombra de mi                 descanso                 eres en fin el resultado del amor                  que se torna dolor ,                  eres la dulzura que amarga mis sueños                 dolor que quiero sentir que quiero vivir                  que sueño y espero , espero y espero ......

 Novios El salió una mañana mas a esperar a su amor. Fue hasta la punta de aquella bahía que sobresalía al gran río. Se recostó en la baranda. Una cálida brisa acarició su rostro y a su nariz, llegó un suave aroma de azahares. Su mirada se perdía en las aguas del río portentoso y medianamente tranquilo. El esperaba a su amor y parecía que el mundo a su alrededor lo acompañaba en esa espera. Estaba extasiado de tanta belleza y por un instante pensó que parecido tenía ese cuadro natural con su amada. No lo dudó; ni aún el río con su ímpetu, ni las flores con sus aromas, ni el límpido cielo azul con su fulgor podían ser más que aquella a quien esperaba con lejana ansiedad. De pronto, sin proponérselo, miró a su izquierda y le vio. Allí estaba ella, frágil como las miradas que se encuentran por primera vez, sencilla tal los rayos del sol al amanecer, pero para sus ojos más deslumbrantes que la luz de aquella mañana veraniega en la costa del río. Ella se acercó; él la miró fijamente a los ojos, pero como solo lo hacen algunas mujeres frente al amor, ella bajó la mirada tímidamente. El le tomó de la mano. Luego le dio delicadamente un beso en los labios y ella se sonrojó. El sonrió, le susurró algunas palabras y volvió a besarla. Ella lo amaba con todas las  fibras de su ser. Se pasaba la mayor parte del día esperando aquel momento maravilloso, esperaba sus manos, sus ojos, sus palabras y sobre todo sus besos. Cada vez que se miraban eso terminaba en un beso. Se tomaron de la mano, se dijeron palabras de amor; después se fueron caminando lentamente por la vereda que daba al río, una baranda los separaba de las bravías aguas. Los árboles perfumaban el aire. La mañana avanzaba pesadamente, empujada por el calor estival y en la acera dos figuras se marchaban de aquel lugar, tan unidas que de lejos parecían una. Ellos se amaban y tenían el resto de sus vidas para ser felices. El tenía 70 y ella 66...